7 jun 2010

Fall in love [Oneshot]


Puedes sentirlo… me pregunto todos los días desde aquí.
Estar en un lugar tan lejos de ti es una tortura, un dolor constante en mi pecho… una soledad que a cada día incrementa porque soy tan dependiente de ti para poder vivir….
Todos los días recuerdo, tus suaves labios recorriendo mi cuello, tus cálidas manos acariciando mi vientre, tu dulce voz susurrando te amo a en mi oído…
Me pregunto si tú también puedes sentir este amor que me está matando.
Quiero verte, es lo único que deseo; quiero salir a la calle y gritar tu nombre, decir que te amo, ¿pero podrás escucharme? ¿Puedes sentir mi amor habiendo tantos kilómetros de distancia entre nosotros?
Quiero sentirte Kei, pero no puedo regresar a buscarte, mi tontos celos nos separaron: tenía que soportar que tu aparentaras tener novia para que tus padres no te molestaran con lo nuestro, pero no podía, el sólo hecho de pensar que tus brazos daban calidez a otro cuerpo, que tus labios daban vida a ella… no me importaba si no tenías sentimientos por aquella chica, me arrepiento de no haberme aferrado a ti y seguir sin importarme nada…


Desde el principio sabia que amarte iba a traerme muchos problemas, pero no me importó, lo primero que hice fue salir huyendo de Japón, fui tan cruel, estos sentimientos me lastiman, las palabras que te dije se clavan en mi alma haciéndome sentir más culpable.
Estoy cansado de estar solo pensando en lo que estarás haciendo, ya son dos meses que no sé nada de ti....

De repente se escucharon varios golpes en la puerta que asustaron un poco a Daiki. Se dirigió a la puerta para abrirla, pero en el momento en el que esta se abrió, quedó sorprendido.


¿Será que lo había llamado con sus pensamientos?
Se quedaron viendo por un rato, el mayor le regaló una sonrisa débil a Daiki.

-¿Qu… qué haces a –

Dice tartamudeando sin terminar de completar la oración porque Kei se había lanzado sobre Daiki besándolo, sus manos hábilmente aciertan tomándolo de la cintura para evitar que se escapara, Daiki rodeó el cuello de Kei con movimientos torpes, cerrando la puerta del departamento.
Kei empujó a Daiki sobre la pared impidiendo que se pudiera escapar, empezando a acariciar a Daiki, metiendo su mano por debajo de la camisa, haciendo que Daiki sintiera un ligero escalofrió que lo recorría de los pies a la cabeza, luego un ligero rubor invadió sus mejillas.

Después de un buen rato se separaron pues el beso les había quitado el aliento. Con la respiración aun acelerada, Kei decidió seguir apoderándose del cuello de Daiki, dando pequeñas mordidas justo a mitad del cuello del menor, Daiki acariciaba tiernamente el cabello del mayor sin perderlo de vista, no podía creer que fuera real, que estuviera de nuevo entre sus brazos. Kei pego más su cuerpo contra el de Daiki causando que sus caderas comenzaran a friccionarse, Daiki dejó salir un pequeño gemido que provocó una sonrisa en Kei, haciendo que aumentara más el movimiento entre sus cuerpos. Kei bajó una de sus manos para acariciar la pierna de Daiki, el menor se acercó a Kei lentamente, mordiéndole la oreja, el mayor se sonroja inmediatamente ya que ese era uno de sus puntos débiles. Daiki enredó sus manos en el cuello de Kei, y comenzó a besarlo apasionadamente causando que el mayor corresponda de inmediato.
Daiki se sentía enloquecer al tener el delicioso sabor de los labios de Kei, el cual deslizo una mano por encima de la tela del pantalón. Daiki comenzaba a gemir a medida que el mayor aumentaba las caricias, podía sentir como la excitación de Kei se hacía cada vez más grande a la vez.

- Te extrañé -

Pronunció mientras iba bajando por el pecho del menor, introduciendo su lengua entre la abertura de la camisa de Daiki, quien lo miraba completamente ansioso de que comenzara con su trabajo. Colocó las manos del más joven contra la pared para impedir que se moviera mientras descendía aún más, hasta llegar al lugar deseado, con sus dientes se deshizo del cinturón y fue bajando el cierre lentamente, por un momento soltó a Daiki para poder deshacerse de la estorbosa prenda. Daiki se tensó al sentir como Kei pasaba su húmeda lengua por su miembro. El placer que sentía era único, pues el chico sabía bien cómo hacerlo tocar el cielo con aquellos desenfrenados movimientos.

- Kei……-

El gemido de Daiki se hizo resonar por todo el lugar. Kei lo miraba al tiempo que el menor marcaba el ritmo de las succiones colocando sus manos sobre la cabeza del mayor. Daiki intentó retirar a Kei al sentir que estaba por correrse, pero el chico se negó probando así la deliciosa esencia de Daiki, el cual se avergonzó al ver como Kei saboreaba aquel líquido con sensualidad.

-¿Qué pasa, acaso olvidaste que amo hacer este tipo de cosas, que amo tu sabor? –

-No, es sólo que….-

Kei lo silencio con un sorpresivo beso. Deslizaba sus labios por la piel del menor, deteniéndose, de vez en cuando, para morder y macarlo para que todos supieran que el chico era sólo suyo.
Poco a poco lo fue dirigiendo a la habitación, Daiki solo se dejaba llevar por el gran amor que sentía, el pensar que jamás lo volvería a ver lo había hecho llorar y desear el tenerlo de nuevo a su lado. Se abrazó con todas sus fuerzas al cuerpo de Kei, quien acaricio su rostro antes de recostarlo sobre la cama. Daiki fue retirando la ropa del mayor hasta dejarlo completamente desnudo

-Hazme el amor… -

Pedía de forma suplicante, en la cara de Kei se dibujó una gran sonrisa.

-No tienes que pedírmelo -

Exclamó mientras comenzaba a mover sus caderas sobre Daiki, haciéndolo gemir cada vez que sus miembros se friccionaban, el menor arqueó su espalda al sentir uno de los dedos de Kei moverse en su interior, el mayor trataba de hacer la preparación con delicadeza ya que lo menos que deseaba era lastimar a su amante, lentamente fue introduciendo el segundo dedo causando que el otro comenzara a dar casi gritos de placer.

-Kei, por favor… ya….-
El escuchar su voz así era como música para sus oídos.

-Pero que exigente te has vuelto -

Dijo muy cerca del más joven.

-Sólo hazme tuyo de una vez por todas -

El mayor retiró sus dedos de la entrada de Daiki sustituyéndolos por su ya muy erguido miembro, el menor se mordió el labio inferior al sentir a Kei en su interior.

- Te amo…-

Pronunciaba el mayor a medida que aumentaba las embestidas. Daiki era tan deliciosamente estrecho que no lograba contener sus gemidos. Con sus manos retiraba el cabello que se pegaba a la frente del mayor que estaba bañado en sudor por tanto movimiento.

-¡No te detengas!-

Rogaba, pues Kei estaba dando justo en el punto exacto que lo hacía enloquecer. Lo penetraba cada vez más profundo mientras con su mano masajeaba el miembro del menor, regalándole el máximo estaxis, haciendo que sus respiraciones se entrecortaran, se besaban intentando ahogar sus incontrolables gritos de placer.

-¡¡Daiki!!-

Pronuncio al tiempo que se derramaba en el interior del más chico. Un movimiento más y Daiki se corrió entre sus cuerpos.
Kei cayó rendido sobre el menor el cual lo beso tiernamente.

-Nunca te dejare de nuevo -

Dijo mirándolo directo a los ojos. Los ojos de Daiki no querían cerrarse, quería seguir admirando a Kei que lucía agotado, el sudor en su cuerpo lo hacía ver tan sexy, pero el cansancio lo estaba venciendo. Kei tomó una sábana y cubrió el cuerpo de los dos con ella, le dio un pequeño beso en la mejilla, después de eso Daiki se quedo completamente dormido.

Al Día siguiente al abrir los ojos, Daiki se encontró con una sorpresa, estaba solo en la cama…

-¿Todo fue un sueño? No lo puedo creer… pude sentirte–

Unas lágrimas amenazaban por rodarse por las mejillas de Daiki.

-Por fin despertaste dormilón, ya es muy tarde… casi es medio día-

Le dice Kei con su dulce voz.

-¿Kei, fue real? Estas a mi lado de nuevo… no te dejare ir nunca –

Las lágrimas se desbordaron pero esta vez era de alegría al ver a su amado.

-Claro que soy real… además, aun que me dejes siempre te voy a encontrar –

Se ríe.

–Así que más te vale no volverte a escapar…-

Daiki se intentó parar de la cama, pero Kei fue más rápido saltando a la cama para darle el beso de los Buenos Días, después se recostó a su lado, recargando la cabeza de Daiki sobre su pecho.

-¡¡Ya está el desayuno listo!!! ¿Vamos a Desayunar?-
-No tengo hambre… ¿podemos seguir así todo el día?-
-¿Es una propuesta indecorosa?-
-Te amo Kei, eres todo mi mundo…-
-Yo también te amo, te extrañé demasiado… Hay que recuperar todo el tiempo que perdimos-

La sonrisa en el rostro de Daiki volvió aparecer mágicamente, después de mucho tiempo que no sonreía
había recuperado esa sonrisa hermosa de la cual se había enamorado Kei, ahora sabía que el único que podía hacer que apareciera era su amado Kei… y quería estar a su lado siempre.

“En la distancia es difícil sentir el amor y la soledad se suele apoderar del corazón, pero si el amor es muy fuerte no existe distancia que pueda separarlo, el destino se encargará unirlos”

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