Acortando la Distancia...[Mini Fic]

“Yama-chan es mi mejor amigo!”. Aún recordaba al sonriente Yuto diciendo esas palabras, también recordaba lo feliz que se había sentido al escucharlas. Sin duda eran buenos amigos, siempre estaban juntos y nunca se aburría cuando estaba con él, pero las cosas habían cambiado con el tiempo… Mientras pensaba en esto, Yamada observaba a Yuto y Keito conversando alegremente frente a él, parecían tan cercanos, casi inseparables. Hace ya algún tiempo que Yuto y él habían comenzado a distanciarse, especialmente con el “hiatus” del grupo y la unit temporal que él y Chinen habían formado junto a Yuma, y en los momentos en que Hey! Say! JUMP se reunía, Yuto siempre estaba con Keito. Yamada no sabía porque esto le molestaba tanto, sentía que su pecho se apretaba cada vez que Yuto mencionaba a Keito en una entrevista, probablemente era porque sentía que estaba perdiendo a su mejor amigo, si… esa debía ser la razón… “Yama-chan”. ‘Después de ser tan cercanos es lógico que me sienta así. ¿verdad?’. “¿Yama-chan?”. ‘¿Verdad?’. “YAMA-CHAN!!!!” – gritó Chinen. “Que pasa! No tienes para que gritarme!” – dijo Yamada molesto. “Te estoy hablando hace rato, ya va a empezar la sesión de fotos” – contesto Chinen, también molesto. Mientras les tomaban las fotos, Yamada estuvo muy distraído, absorto en sus pensamientos, tanto que el fotógrafo lo reto un par de veces. Todos los demás parecían sentirse muy seguros y las fotos resultaron excelentes, hasta que llego el turno de Yuto. Yamada no pudo evitar mirarlo de pies a cabeza y se quedo hipnotizado al ver sus ojos, hace tiempo que no lo miraba tan fijamente, ya hasta echaba de menos sentir aquella mirada sobre la suya, aun recordaba al pequeño Yuto, era increíble ver como había crecido y se había vuelto tan guapo… ‘Espera… ¿qué estoy pensando? Já! La sobre carga de trabajo debe estarme afectando, definitivamente estoy actuando raro hoy’. “Ok Yuto, terminamos, buen trabajo” – dijo el fotógrafo. “Muchas gracias!” – contesto el joven. Al escuchar la voz de Yuto, Yamada salió de su ensimasmiento y volvió a fijar su mirada en el delgado muchacho, lo vio acercarse lentamente y al juntarse sus miradas el joven le dedico una radiante sonrisa que hizo que el corazón de Yamada casi se parara. “¿Te encuentras bien?” – le pregunto Daiki al ver su reacción. “T-t-tengo que ir al baño” – contesto Yamada, y salió corriendo, dejando a todos confundidos. ‘¿Que me está pasando?’ pensaba Yamada mientras se mojaba la cara. ‘¿Por qué reaccione así? No tiene sentido!’ Miro el espejo esperando encontrar su confundido rostro reflejado, pero al levantar la vista vio algo más que eso. Yuto estaba de pie en la puerta mirándolo con cara de preocupación, sintió que el corazón le daba un vuelco. “¿De verdad estas bien?” – le preguntó. “Estoy bien, no te preocupes” – le dijo sin mirarlo a la cara. “Me alegro” – dijo Yuto sonriendo, mientras ponía su brazo sobre el hombro de Yamada. Yamada siempre se sentía feliz cuando Yuto lo abrazaba, puesto que eran amigos, pensaba, pero esta vez el sentimiento era aun más profundo. Se atrevió a mirar el alegre rostro de Yuto, y sentía como su corazón latía cada vez con más fuerza, no podía seguir engañándose, el sabia que significaba todo lo que estaba sintiendo, pero no había querido admitirlo, aquello no estaba bien, no podía aceptar que fuera cierto… pero sabía que lo era, y ahí, con Yuto tan cerca suyo, era imposible seguir negándolo. Sin pensar bien en lo que estaba haciendo, tomó el rostro de Yuto con ambas manos y lo acerco al suyo, besándolo suavemente en los labios. Sintió como unas manos lo empujaban y pudo ver la expresión confundida y avergonzada de Yuto. “Lo siento, Yuto” - le dijo. “Yo…”. “Está bien” – contesto. ‘¿Qué?’ – pensó Yamada, sin dar crédito a lo que acababa de escuchar. Yuto lo miro fijamente, su mirada era intensa, como si acabara de convencerse de algo. Se acercó a Yamada, el cual aún no comprendía lo que estaba pasando, y lo besó. El cuerpo de Yamada se estremeció, era el beso más dulce que alguien le haya dado. Cuando se separaron, Yuto lo miro con ternura y le dijo: “Te extrañe”. “Yo también” – contesto, y sin poder ocultar la felicidad que sentía, lo abrazó fuertemente.